Antes de cristo habían grupos de personas dedicadas a curar mediante el sonido con vibraciones a través de su voz. Eran terapias que llevaban las clases sociales mas altas de dicha época en Roma. Su legado y ejercicio se emplea hasta la actualidad como una terapia alternativa no muy difundida por la medicina moderna.
Cuando estamos enfermos o algo no funciona bien, seguramente no estamos vibrando en armonía con nosotros mismos, con nuestro entorno, con las demás partes de nuestro cuerpo.
Esta disonancia o enfermedad puede sanarse con sonido y voluntad (intención) devolviendo a las partes enfermas su frecuencia sana, medainte la vibraciòn sonora, en este caso utilizando la experiencia milenaria australiana del didjeridoo.
La vibraciòn tiene un efecto inconfundible en la persona, ayuda alinear muchas àreas del aura y cuerpo. Produce:
- Relajaciòn
- Facilita la meditaciòn
- Aumento de la felicidad
- Mejora la creatividad
- Mejora la concentraciòn
- Mediante el equilibrio de los hermisferios cerebrales y estìmulos de la actividad de las ondas alfas
- Mediante el equilibrio del sistema endocrino y la vibraciòn de las glàndulas hipòfisis y pituitaria. - Aumenta la energìa por estimulaciòn sonora en el kundalini (energìa que estructura el ADN humano).
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